Las plagas del maíz en México y, específicamente en Sinaloa, son estimuladas principalmente por la presencia abundante y permanente del cultivo de esta gramínea. En la temporada 2005-2006 se establecieron 412,163 hectáreas (ha) de maíz en el estado, mientras que en 2006-2007 el total llegó a 437,792, una cantidad enorme de alimento y refugio que los insectos plaga de este cultivo pueden aprovechar.
A continuación se presenta una serie de recomendaciones basada en tácticas, principalmente de tipo preventivo y con énfasis en el control biológico de insectos plaga.
Medidas de control cultural de insectos plaga en maíz
1. Selección y preparación del terreno. Una buena selección y preparación del terreno proporciona un punto firme de partida. Se debe evitar establecer el cultivo en terrenos altamente infestados con maleza, sobre todo del tipo perenne, hospederas importantes de insectos plaga o enfermedades comunes para el maíz.
2. Selección del híbrido a sembrar. La selección del híbrido a sembrar es de gran importancia en el aspecto agronómico en general y, específicamente, en el fitosanitario, ya que la resistencia genética de cada material hacia una plaga determinada es diferente.
3. Fecha de siembra. Influye decidida- mente en el éxito de un cultivo. Sembrar fuera del periodo recomendado (noviembre) trae como consecuencia riesgos mayores en la producción por la presencia de plagas y factores climatológicos adversos para el cultivo.
4. Densidad de siembra. Cantidades menores de plantas a las recomendadas ponen en riesgo la buena producción del cultivo; por el contrario, altas densidades de siembra y de planta, además de significar mayores costos, no incrementan el rendimiento y favorecen un microclima de mayor humedad relativa dentro del cultivo y, con ello, aumentan las enfermedades de tipo fungoso. Se recomienda una cantidad promedio de siete plantas por metro lineal, bien distribuidas.
5. Fertilización. En muchas ocasiones, dosis excesivas de fertilizante originan plantas con excesivo desarrollo de follaje, con una alta producción de aminoácidos, que favorecen una alta incidencia de plagas insectiles de hábitos defoliadores y del hongo que provoca el carbón común, además, la sobrefertilización no incrementa el rendimiento.
6. Riegos. Aún cuando la humedad de la tierra ayuda a reducir la presencia de insectos que habitan en el suelo o que pasan gran parte de su ciclo biológico en él, el exceso de humedad, generalmente, influye en la presencia y desarrollo de enfermedades fungosas; para evitar esto se recomiendan terrenos bien nivelados y con buen drenaje y tiradas máximas de 200 metros de largo.